miércoles, 31 de agosto de 2011

ENTREGAME TU ORGULLO










DIA: 02-09-94.-

M. Comprendo muy bien por qué no quieres reunirte Conmigo en estos días. Tu corazón está herido. Son tiempos de mucha Gracia derramada sobre Mis hijos elegidos. En verdad, tu Madre está vendando tus heridas. El Señor quiere renovaros en Su Amor porque os eligió para sí.

No te preocupes hijita si no me respondes como quisieras: el amor humano no se compara con el Amor de la Santísima Trinidad. Los pensamientos de Dios no son pensamientos humanos. Él realiza Sus obras a pesar vuestro, bajo la incesante intercesión de vuestra Madre, que os ama con un amor sobrenatural. Os recuerdo una vez más: todos sois niños delante de Mí. Aprovechad hijos las gracias que el Señor está derramando sobre vosotros. En verdad sois elegidos, y debéis ayudar a otros hermanos a volver a Dios. Os bendigo hijos de Mi Inmaculado Corazón en este día, en esta tierra bendita.

No te turbes hija, espera el momento de la Gracia. Sabes que tu Madre se adelanta en algunas cosas para prepararte. ¿Qué importan los demás? Sabes también que no debe haber secretos entre nosotras.

F. Entonces liberame del "respeto humano", y del "que dirán". Hay muchas ataduras aún dentro mío que dificultan la docilidad a Tu voz y a la acción del Espíritu Santo.

M. Todavía dudas de Mi voz porque hay otras voces del mundo que te confunden.

F. Dame la gracia del silencio.

M. Prefiero la gracia del perdón. Tienes todavía mucho resentimiento en tu corazón, y también orgullo. Entonces te aturdes con mucho ruido exterior. Entrégame tu orgullo para que puedas ver tu pobreza. No temas el "castigo". Teme la ofensa a Dios.

Hijita mía, eres tan pobre... No llores tu pobreza. Más bien alaba al Señor porque eres elegida.

F. Siento que Tu corazón está triste.

M. Lo que más hace sufrir a Mi Corazón, es la ingratitud y desprecio de Mis hijos elegidos por Dios, para ser la Luz de la Tierra.

F. Madre, perdóname. Yo estoy entre ellos. Muchas veces reniego contra Dios a pesar de todos los dones que me regala.

M. ¡Ay de estos hijos míos consentidos por un mundo sin razón!

Vais camino a la perdición si no volvéis a Dios.

F. (Puedo sentir el dolor del Corazón de la Madre, y es grande. Ella quiere salvar a todos, y sufre por la dureza del corazón del hombre).

Madre, ¿qué puedo hacer?

M. Déjate conducir por Mí. Déjate conducir por Mí.

Arrepiéntete de tus ofensas a Dios, y abandónate en Mi Inmaculado Corazón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario