
Santísima Virgen de La Merced, redentora de cautivos,
celestial protectora de nuestra Patria.
Concédenos apóstoles activos, sacerdotes celosos en su ministerio.
Libra con tu poder maternal: al mundo de las guerras,
a los pecadores de sus culpas,
a los enfermos de sus dolores,
a los pobres del hambre,
a los perseguidos de sus enemigos,
a los agonizantes de sus angustias,
y a las almas del purgatorio de sus penas. Amén.
DIA: 13-09-94.-
M. ¿Qué te turba, hija mía? Casi no puedo llegar a tu corazón, estás muy convulsionada.
F. Madre, trabajo mucho, me canso y encima gano "dos mangos". Pero sé que la culpa es mía. Tengo que trabajar para vivir. Perdoname Madre por no confiar más en Vos; ¿qué logro con agitarme tanto? Pierdo la paz. Pero si no ocupo mi tiempo, me hace mal.
En la iglesia Nuestra Señora de la Merced:
M. Consolad Mi Inmaculado Corazón con vuestro amor. Asistid diariamente a la Santa Misa.
Hijita querida, ves esa banda azul y blanca que cruza Mi pecho: son los colores de vuestra patria, la cual protejo con maternal protección. Acudid pues a Mi llamado. He puesto los pies sobre esta tierra, y de aquí no me moveré.
Os digo y os repito: ¡Venid a Mí! Nadie os amará como vuestra Madre Celestial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario