
DIA: 08-09-94.-
Estaba muy asustada pensando en el castigo a la humanidad si no se convierte. Entonces Jesús me dijo:
J. Hija querida, nada debes temer. Estás marcada con Mi sangre: la SANGRE DEL CORDERO INMOLADO.
Cuida hija de no desfigurar Mi imagen. Ante todo soy AMOR y MISERICORDIA.
Tu pequeñez me ha merecido.
He venido a tí. ¿No iría también hacia otras almas? Recuerda de dónde te saqué.
Debes estar muy agradecida con Mi Madre. Esta es Su Hora.
Confía en Mí, tu Amado, tu Esposo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario