
DIA: 23-11-94.-
J. Hijita, teme todo menos que te abandonaría. Duda de todo menos de Mi Amor de predilección hacia tí.
¿Quién podrá arrebatarte de Mi, Mi perlita tan preciosa?
Hemos formado un solo corazón, el tuyo y el Mío. ¿Quién podrá separarnos? Lo que fue, fue. Hoy estás en el regazo de Mi Madre; lo mejor todavía no ha llegado.
Siempre serena, hijita.
Me complazco en tu pequeñez, puesto que sin Mi no puedes nada.
Acepta Mi condición de Dios y hombre para que puedan verme en ti. Acéptame en Mi doble naturaleza, pues la una no va sin la otra, y toma Mi ejemplo de humildad y mansedumbre. Confía en Mi Misericordia más que en otra cosa. Debes llegar a confiar en Ella hasta el punto de dejarte conducir por esa confianza.
Frente al Sagrario:
J. Aquel día de la pasión, el sol estaba muy fuerte, como hoy; hacía mucho calor. La sed quemaba Mi garganta. Clamaba por un poco de agua, ¿y qué recibí?: vinagre.
Contempla Mi imagen hijita, dime si no hay peor espectáculo que el mío. Mírame clavado en la cruz, ¿te gusta verme así?
F. No.
J. Te repugna Mi Imagen...
F. ¿Qué voy a decir cuando vuelvas por segunda vez?
F. Si, Jesús, te amo.
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