M. Querida hija, estoy muy contenta de lo que estás haciendo pero no te olvides que tienes una misión. No te apures en agradar a los demás cuando sólo debes agradarme a Mí. Yo debo estar primero en tu vida porque soy tu Madre y te he hecho mía. Yo te conduzco hacia la Santidad.
Pasa más tiempo dentro de Mi Corazón Inmaculado, donde está tu refugio. ¿Por qué tanto barullo, tanto apuro? Esta no es la manera por la cual quiero sea vivida tu consagración. Falta Paz, entonces, Yo me impongo, y muchas veces a través del dolor.
Nunca olvides que Yo soy tu refugio y de allí no debes salir.
Ningún acontecimiento externo debe turbarte, ni siquiera la divulgación de estos mensajes. Todo llega a la hora fijada.
Hija querida, debes reflejarme en todo. En alegría, serenidad, paciencia, entre otras virtudes. Deben verme en tí, quédate en la Paz de Mi Corazón.
M. Hijos queridos, caminad en Mi Luz, en la Luz de Cristo Jesús, vuestro Maestro y Redentor. En estos tiempos tan difíciles, tan probados por el sufrimiento, os digo hijos míos que vuestra liberación está cerca. Esta libertad será la del corazón, libre del pecado y de toda esclavitud. Vuestra Madre intercede constantemente por vosotros. Deseo que Mi mensaje de consuelo, sea conocido.
Hijita querida tan amada por Mí, quédate Conmigo en Mi Corazón. Te reservo dulces alegrías. Soy tu Madre y te amo infinitamente. Gracias por dedicarme este tiempo para escribir.
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