sábado, 19 de mayo de 2012

Exclusivamente para Mí

DIA: 16-04-95.-
De noche, mi alma está angustiada. Recurro a la oración para que Jesús me consuele.
J. Comienza a escribir hija, Yo guío tu mano. No tengas miedo Mi esposita. ¿Acaso no puedo elegir Yo lo que me agrada, exclusivamente para Mí?
Te he esperado desde toda la eternidad en tu extrema pobreza y debilidad. Créeme hijita, en estos tiempos es difícil encontrar flores en medio de tanto fango.
Estoy convencido de que me amas. Pero tú no estás del todo convencida de lo que Yo te amo.
F. Es que yo no puedo poseerte, como Vos a mí. Vos sos Dios, yo una pobre persona llena de limitaciones. Estoy a Tu merced.
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 22 de Mayo - Fecha del fallecimiento de Santa Rita, y día en que todas las iglesias que llevan su nombre y aquellas que pertenecen a la Orden de San Agustín de todo el mundo, distribuyen rosas a sus devotos, las cuales son bendecidas por el sacerdote durante la misa.





















Santa Rita de Casia( 1381 - † 1457)
 Viuda, Religiosa, y Abogada de Imposibles.
 Bautizada con el nombre de Margherita Lotti, es una de las santas más populares de la Iglesia Católica. Su nombre es probablemente una abreviación de Margherita. Sus símbolos sagrados son las rosas y los higos. 
Vista de cerca, se nos revela el rostro humanísimo de una mujer que no pasó indiferente ante la tragedia del dolor y de la miseria material, moral y social. Su vida terrena podría ser de ayer como de hoy. 
 Rita nació de padres mayores. A pesar de que quería ser monja cuando tenía 14 años de edad, la casaron con un hombre del pueblo. Su esposo le causó muchos sufrimientos, pero ella se consolaba en la oración y le devolvió su crueldad con bondad, logrando su conversión a Cristo con el paso de los años. Por sus fechorías pasadas cosechó muchos enemigos, y una noche trabajando de sereno fué emboscado y asesinado. 
 Los dos hijos del matrimonio, ya grandecitos, juraron vengar a su padre. Cuando Rita se dio cuenta de la inutilidad de sus esfuerzos para convencerlos de que desistieran de sus propósitos, tuvo la valentía de pedirle a Dios que se los llevara antes que mancharan sus vidas con un homicidio. Su oración, humanamente incomprensible fué escuchada, y al poco tiempo ambos enfermaron y fallecieron, pidiendo perdón a su madre por todas los dolores que le habían causado. 
 Ya sin esposo y sin hijos, Rita fue a pedir su entrada en el convento de las agustinas de Casia. Pero su petición fue rechazada (debido a que sólo se aceptaban vírgenes). 
 Regresó a su hogar desierto y rezó intensamente a sus tres santos protectores, san Juan Bautista, san Agustín y san Nicolás de Tolentino, y una noche sucedió el prodigio. Se le aparecieron los tres santos, le dijeron que los siguiera, llegaron al convento, abrieron las puertas y la llevaron a la mitad del coro, en donde las religiosas estaban rezando las oraciones de la mañana.
 Así Rita pudo vestir el hábito de las agustinas, realizando el antiguo deseo de entrega total a Dios. Se dedicó a la penitencia, a la oración y al amor de Cristo crucificado, que la asoció aún visiblemente a su pasión, clavándole en la frente una espina. Se trataba de un estigma divino: la marca de la corona de espinas que Jesucristo había exhibido en la cruz.
 Le extrajeron la astilla y la guardaron como reliquia sagrada. Pero cada madrugada el estigma se le volvía a abrir por sí mismo, hasta que empezó a expeler un fuerte olor inmundo, que se mantuvo milagrosamente el resto de su vida. Ella oraba: «Oh, amado Jesús, aumenta mi FE Y PACIENCIA en la medida que aumentan mis sufrimientos». 
 En 1453 Rita cayó en cama gravemente enferma. Desde ese momento, estando siempre atendida por novicias, la herida de su frente gradualmente se cerró, pero Rita pasó los últimos cuatro años de su vida con infecciones en la sangre.
 Al final de su vida, recibió la visita de su prima. Le preguntó si quería algo y Rita le pidió que le llevara una rosa del jardín del convento, que en pleno invierno se encontraba cubierto de nieve. La prima creyó que no encontraría nada, pero cuál no sería su sorpresa al ver un pimpollo de rosa. Se lo llevó a Rita. Esa rosa representaría el amor de Cristo hacia Rita, y la capacidad de Rita de interceder por las causas imposibles. La fama de su santidad pasó los límites de Casia. Las oraciones de Rita obtuvieron prodigiosas curaciones y conversiones.
 Para ella no pidió sino cargar sobre sí los dolores del prójimo. 
Murió en el monasterio de Casia en 1457 y fue canonizada en el año 1900”.

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