DIA: 27-04-95.-
F. Jesús, ¿por qué querés que escriba todos los días?
J. ¿Acaso he dejado de amarte un solo día de tu vida?
F. Jesús, ¿por qué tanta malaria económica?, que más querés de
nosotros... No podemos darnos un gusto en nada. Te pregunto: ¿qué ganás
con tenernos así?
J. Esta mañana fallaste a nuestra cita, y esta siesta también. El que da recibe y en la prueba se demuestra la fidelidad. ¿Acaso Yo te he fallado alguna vez? Entonces no me falles.
Espera
todo de Mí, que Yo sé en que momento te voy a dar lo que me pides.
Hijita pequeña, me pones contento cuando me hablas con plena confianza.
Descarga en Mí tus preocupaciones, no en los demás, no sea que faltes a
la caridad desarmonizando a tus hermanos. Sabes que Yo tengo la solución
a todos tus problemas.
Hijita, ¿por qué no me sonríes?
F. No tengo motivos para sonreírte.
J. Yo te daré motivos.
F. Recibí una humillación bastante grande para mí.
J. Acepta hija las humillaciones, que Yo demostraré de quién es el Poder, el Honor y la Gloria.
F. Perdoname Jesús si soy un poco exquisita.
J. Mi Amor por tí es exquisito.
F. Gracias por consolarme, Jesús.
J. Te
lo mereces, hijita, ¡cuántas veces tú me has consolado a Mí! No tengas
miedo, Yo responderé por tí. Eres débil y no sabes defenderte. Recuerda:
¡Ay de aquellos que hacen caer a alguno de estos pequeños que creen en
Mí! Vamos hijita, sonríele a tu Jesús, no llores, estoy contigo.
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