M. A ustedes, hijos míos de la tierra, quiero llamarlos a una sincera y profunda conversión al Amor de Dios.
No temas hija mía, tu oración ha sido escuchada, ha penetrado en Mi Corazón y en el Corazón de Dios. ¡La oración de los pequeños, de los humildes, cuánto me agrada!
Ese cuadernito que tienes me gusta mucho, hijita chiquitita.
Tu hermano "X" es un regalo de Mi Corazón Inmaculado, ¿te gusta?
F. Sí Mami, me gusta.
M. Mírame hijita, ¿puede una Mamá dejar en tristeza a su pequeño?
No hagas caso a las flechas del demonio.
Mírame, soy la Reina de la Alegría.
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