lunes, 4 de agosto de 2014

La misión que me encargaste



Día: 11-10-95.-
J. Hijita chiquitita, si todos me amaran como tú me amas... Sin embargo Yo he querido mantenerte siempre en la pequeñez, oculta, en una vida simple, para que no se confundan entre el instrumento pequeño y el Hacedor.
F. Jesús, no puedo amarte más, no puedo...si pudiera...
Tendré que llevar este TESORO toda la vida en esta pobre humanidad. ¡No hay cruz tan pesada!
Yo sé que es Tu Voluntad, que sea así, de esta manera y no de otra.
¿Quién soy yo para escribir tus palabras? No merezco siquiera una mirada. ¿Porqué me miraste? No puedo adelantar mi hora, porque debo aceptar tus designios. Pienso en la misión que me encargaste. Sin embargo muchas veces pienso también en mi miseria y me olvido de lo que me encargaste: escribir. ¿Escribir yo?, ¿qué le pasa a una nada como yo? Yo quisiera que nadie se fije en mí.
J. Sin embargo tienes tanto amor para dar... el que deposité en ti por el vaciamiento que hiciste.
F. Pero soy un desastre. Yo no merezco nada.
J. Pero Yo te elegí, para el martirio del Amor.

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