
DIA: 20-08-94.-
M. Hijita, hoy debo recordarte una vez más que no perteneces a este mundo.
Vives en Mi, y para Mi. Por una gracia especial del Altísimo, os he encerrado a todos Mis consagrados en Mi Inmaculado Corazón. No sois vosotros los que tenéis potestad sobre las cosas y los acontecimientos, por eso no os dejéis atormentar por ellos.
Ves hijita cómo ha cambiado tu interior, tus intereses, y tu manera de pensar? No te preocupes por tus hermanos, más bien guíalos con tu ejemplo de vida. Yo soy tu Maestra. Aprenderás a amar en el dolor, y en el sacrificio.
Vosotros hijitos, que vivís vuestra consagración bautismal en Mi Inmaculado Corazón, conoceréis la paz verdadera si permanecéis en Mi. Yo os inspiraré en el corazón, lo que Mi Corazón desea. No ahoguéis Mi voz. Haced mucho silencio interior y exterior.
Hijita, te preguntas cómo hacer para vivir de acuerdo a lo que pido.
Ofréceme todo; y no hagáis nada que vuestra Madre no os haya inspirado o señalado. Algunas cosas las haré Yo misma. Pero cuidado con las voces del mundo.
Orad, orad mucho para no caer en la confusión. Mi voz es clara; si no la escucháis es porque os dejáis arrastrar por el mundo.
Haced mucho silencio, hijitos de la Luz, abandonad tantas reuniones ruidosas, en lugares donde sólo se conoce el barullo y donde Satanás es rey.
Vosotros debéis ser Luz de Pureza. Debéis ser Mis farolitos en medio del fango.
¡Oh, hijita!, todo lo que os digo, debe ser conocido. La Madre habla directamente a Sus hijos. No dejes la escritura por ninguna causa, pues puedo hablarte en cualquier lugar y debes estar lista. De lo demás no te preocupes.
Escribe exactamente como Mi voz llegue a tu corazón.
También te preguntas cuál es el proyecto que tu Madre tiene sobre tí: es "llegar a la infancia espiritual", es vivir plenamente para tu Madre, y gozar de los beneficios que este estado implica. Estado que jamás el mundo conocerá, sólo Mis consagrados.
Os he elegido y habéis aceptado Mi llamado. No os arrepentiréis jamás. Os amo hijitos, seguidme!
Comenzaréis nuevas luchas y nuevos desprendimientos. Por eso os pido incesante y profundísima oración, para ganar la próxima batalla.
Hija, estos mensajes son para meditarlos, no para guardarlos.
Vives en Mi, y para Mi. Por una gracia especial del Altísimo, os he encerrado a todos Mis consagrados en Mi Inmaculado Corazón. No sois vosotros los que tenéis potestad sobre las cosas y los acontecimientos, por eso no os dejéis atormentar por ellos.
Ves hijita cómo ha cambiado tu interior, tus intereses, y tu manera de pensar? No te preocupes por tus hermanos, más bien guíalos con tu ejemplo de vida. Yo soy tu Maestra. Aprenderás a amar en el dolor, y en el sacrificio.
Vosotros hijitos, que vivís vuestra consagración bautismal en Mi Inmaculado Corazón, conoceréis la paz verdadera si permanecéis en Mi. Yo os inspiraré en el corazón, lo que Mi Corazón desea. No ahoguéis Mi voz. Haced mucho silencio interior y exterior.
Hijita, te preguntas cómo hacer para vivir de acuerdo a lo que pido.
Ofréceme todo; y no hagáis nada que vuestra Madre no os haya inspirado o señalado. Algunas cosas las haré Yo misma. Pero cuidado con las voces del mundo.
Orad, orad mucho para no caer en la confusión. Mi voz es clara; si no la escucháis es porque os dejáis arrastrar por el mundo.
Haced mucho silencio, hijitos de la Luz, abandonad tantas reuniones ruidosas, en lugares donde sólo se conoce el barullo y donde Satanás es rey.
Vosotros debéis ser Luz de Pureza. Debéis ser Mis farolitos en medio del fango.
¡Oh, hijita!, todo lo que os digo, debe ser conocido. La Madre habla directamente a Sus hijos. No dejes la escritura por ninguna causa, pues puedo hablarte en cualquier lugar y debes estar lista. De lo demás no te preocupes.
Escribe exactamente como Mi voz llegue a tu corazón.
También te preguntas cuál es el proyecto que tu Madre tiene sobre tí: es "llegar a la infancia espiritual", es vivir plenamente para tu Madre, y gozar de los beneficios que este estado implica. Estado que jamás el mundo conocerá, sólo Mis consagrados.
Os he elegido y habéis aceptado Mi llamado. No os arrepentiréis jamás. Os amo hijitos, seguidme!
Comenzaréis nuevas luchas y nuevos desprendimientos. Por eso os pido incesante y profundísima oración, para ganar la próxima batalla.
Hija, estos mensajes son para meditarlos, no para guardarlos.
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