DIA: 24-02-95.-
J. Mientras estás atada, no puedes guiar a tus hermanos. Yo desataré las ligaduras de tu corazón y aliviaré tu carga para que puedas servirme mejor. Ten confianza, tu fe te ha salvado. Pide mucho, derramaré abundantes gracias sobre tu corazón.
Hijita, eres muy pequeña y débil y debo cuidarte y cultivarte; pataleas muchas veces sin darte cuenta que estoy siempre a tu lado, en tí. Pero no temas, cuando Yo llegue a ser el centro de tu vida ya no tendrás esas luchas tan dolorosas en tu pobre alma. Estoy aquí, ábreme tu corazón, quiero entrar en él.
Déjame resolver aquello que no puedes. Y si sientes que nada puedes resolver, ¡alégrate!, pues tu impotencia reconocida merece toda Mi atención y todos Mis cuidados. Entonces Yo tomo tu cruz y la llevo sobre Mi hombro. Y todavía me quedan Mis brazos para cargarte con Amor. Hijita: tengo que anonadarte tanto...
F. Jesús, ¿por qué me tratás así?
J. Es el camino que elegí para tí. ¿Quieres el paraíso?, síguelo. Mi Madre va al frente. Hijita, debes escuchar solamente Mi voz, no hagas caso a las voces del mundo.
F. Me siento mal físicamente, así no puedo andar bien.
J. Debes desprenderte aún de muchas cosas que son gustosas pero que te alejan de Mí y quitan la paz de tu corazón. Eres la pregonera de Mi Amor y por eso estoy educándote.
F. Jesús, necesito trabajo.
J. Ese es Mi problema. No hace falta que me recuerdes tanto lo que Yo sé que necesitas. Pero si te hace bien decírmelo, puedes desahogar tu corazón Conmigo siempre. No te preocupes.
F. Jesús, tendría que decirles que ya no voy a trabajar allí. Ese trabajo me quita la paz.
J. Cualquier cosa que hagas por Mi Obra salvadora será bien recompensada.
F. Jesús, me cuesta tanto ocuparme de las cosas terrenales: pagar los impuestos, trabajar, comer, limpiar la casa, etc.
J. Te daré la fuerza necesaria para que realices lo que "debes" hacer. Lo demás quedará fuera.
Hija, tus necesidades materiales las conozco, y créeme que voy a proveer, para que puedas servirme mejor y con tranquilidad.
F. Ahora no tengo un centavo.
J. Te estoy purificando para que cuando recibas, no te pierdas.
Tú te has decidido servirme, entonces es Mi deber ocuparme de tus problemas. No temas, el dinero no va a marearte. Yo protejo lo que es mío. Tú eres mía.

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