DIA: 22-05-95.-
J. Hijita de Mi Corazón, te quiero cada día más pegadita a Mí.
Este mundo insensato y cruel te lastima, pero Yo cuido de Mis pequeños.
¿Quién podrá saber a qué precio tú pagas estos cuidados que tengo para
contigo?; es la entrega sin medidas, pero a la medida de tu pequeñez.
¿Comprendes hijita la diferencia entre este mundo pagano y el mundo
creado para Mis pequeños en Mi Corazón? ¡Cuánto barullo!, fuera y dentro
de sus corazones. Y tú te asustas de nada... Cuando escucho tu grito
"¡Jesús!", como el piar del polluelo indefenso, allí estoy siempre fiel a
tus llamados.
Pero ten cuidado, porque tu enemigo conoce tus debilidades y en
cuanto aflojes un poco la guardia volverá a lanzarse. Recurre a Mi
Madre. Ella está esperando para socorrerte y orar contigo.
Estás Conmigo ahora; quédate un poco más en oración. No temas nada, Yo velo por tus intereses.
Tú quieres darme a conocer al mundo entero, en realidad es el deseo de MI CORAZON.
Ahora tú comienzas a desear lo que Yo deseo, es buen signo. Pero
déjame actuar. Tú eres Mi instrumento y Yo soy tu riqueza. Quédate
Conmigo, elígeme. No serás defraudada. Ya has pasado por la vanidad de
este mundo, ¿quieres volver para atrás?, elige a tu Jesús.
¿Quieres ir adonde Yo te lleve?, ¿quieres seguirme?
F. No tengo la más pálida idea adonde me querés llevar.
J. Entonces déjate llevar (Salmo 2, 7-9).
El Maestro enseña a su discípula, como ya lo hice con Mis primeros
discípulos. ¿Cómo eran ellos pequeña, muy instruídos? Mi Amor los
arrastró al martirio. Tú no estás tan lejos de aquello; Yo conozco tu
corazón y tu sufrimiento silencioso. "Aparta de mí este cáliz"
has dicho varias veces; sin embargo Mi Amor superó siempre. Es así,
jugarse por el Amor Hermoso hasta el final de esta vida. Cuanto más
respondas a las exigencias de tu Amado, más felíz serás. Entonces al
final de la batalla Yo te coronaré.
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