J. Hijita querida, cumple con tus deberes pero nunca pierdas la Paz.
Ningún trabajo debe nublar el cielo que existe en tu corazón. Un alma pequeñísima merece todos Mis cuidados porque sola no puede nada.
Cada tanto tengo que intervenir durante tu jornada (muy sencilla, por cierto), hacerte unos mimos y recordarte que nada es más importante que la Paz del corazón y Mi Amor. Constantemente te caldeo con Mi Amor para que no desfallezcas.
A lo exterior, no le hagas caso ni le des importancia. Lo interior debe ser el motivo de tu felicidad.
Yo soy tu felicidad y facilmente puedo manifestarme en un alma serena y confiada. Así que no te preocupes tanto por lo que los demás dirán de tí. Preocúpate en dejarle todo el espacio a tu Señor, al que es el motivo de tu alegría.
El Niñito Jesús debe reinar en tu corazón y Sus virtudes atraerán a tus hermanos.
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